Que si se trata de un hobby ostentoso, que si requiere mucha inversión, espacio… Cuando hablo sobre mi afición al pilotaje muchas son las reacciónes que provoco en el oyente: algunas de admiración, otras de curiosidad y no pocas con cierto recelo de por qué me gusta pilotar y no un hobby más común como los paseos a caballo.

Para todos ellos he decidido publicar en el blog de Fernando Vega para animar a quien tenga curiosidad que pruebe esto del pilotaje de ultraligeros. Algo que, tal como veremos a continuación, no es nada elitista y está al alcance de quien quiera.

 

Todo lo que necesitamos para entrar en el mundo del pilotaje

 

Probarlo desde fuera

 

Lo primero es introducirnos en el apasionante ecosistema que lo envuelve. Jamás deberíamos ni conseguiríamos pilotar un coche de rallyes sin haber presenciado antes una carrera de este tipo.

Con el pilotaje ocurre lo mismo: antes de querer ponernos a los mandos de un ULM deberíamos acudir a alguna exhibición, conocer los tipos de avionetas y ultraligeros que existen, etc. Lo que viene a ser “crear el gusanillo” por todo lo que tenga que ver con la aviación.

 

Probarlo desde dentro

 

Una vez conocemos y sabemos a dónde tenemos que acudir para aprender a pilotar una avioneta, tampoco es cuestión de lanzarnos al manejo de una de éstas sin más.

Antes, lo recomendable es que vayamos de copiloto en algún paseo: mucho mejor si lo hacemos junto a un profesional “mano a mano” y no en uno de esos viajes que te ofrecen a modo de experiencia en las páginas de cupones descuento.

Solo de esta manera podremos preguntar inquietudes, conocer de primera mano cómo es el proceso de aprendizaje, en qué debemos prestar atención, etc.

 

Hacer el curso de pilotaje

 

Una vez seguido el paso uno y dos, y si aún tenemos curiosidad e interés por pilotar, el siguiente paso es el salto definitivo: apuntarnos a un curso de pilotaje.

Nuevamente evita aquellos que vengan “con cupón descuento” o que traten la experiencia como si se tratase de acudir a un parque temático. Los mejores son los que imparten los aeroclubs y centros oficiales de aviación, ya que se dedican de pleno a no solo formar a aficionados, sino también a profesionales y es el lugar de prácticas de éstos. Por tanto encontrarás el mejor entorno para el aprendizaje.

Respecto a costes, duración y dificultad también tienes para todos los gustos: desde los de iniciación que suelen consistir en tres o cuatro vuelos de no más de una hora cada uno en los que te indican cómo despegar, cómo aterrizar y otras técnicas, hasta los intensivos, de una duración de un par de meses.

Hay que tener en cuenta que en ninguno de estos casos, nos dejarán al mando del ultraligero o avioneta, ya que para ello necesitaremos la licencia de pilotaje o PPL.

Más allá de éstos están los plenamente formativos destinados a profesionales de la aviación, para lo que hay que tener mucho más que curiosidad.

 

Una pista o centro de aviación cercano

 

Esto es como todo: si lo tienes más a mano lo practicas, si no, queda en una experiencia grata pero que difícilmente repetiremos.

Por ello, si realmente tienes interés en esto del pilotaje te recomiendo que tengas localizado previamente dónde lo puedes practicar. A nadie le gusta recorrer 200 kilómetros un domingo a la mañana para practicar.

En el caso de Valladolid, tenemos en el aeródromo de la Matilla un excelente sitio tanto para iniciarnos como para practicarlo o rodearnos de un ambiente de aficionados que nos motivará a pasar allí los fines de semana que nos apetezca en familia, dada su oferta de ocio que va más allá de los vuelos. Y todo ello con Tordesillas a tiro de piedra que siempre es un gusto visitar.

 

Otros aspectos a tener en cuenta

 

Estos pasos son una sugerencia personal, pero no tiene que ser la regla general si queremos entrar en este mundillo. Cada uno decide su grado de implicación y existen otras opciones válidas como el previo uso de simuladores de vuelo, así como todo tipo de presupuestos que no implican grandes desembolsos (todo depende del número de sesiones, del grado de aprendizaje y de dónde hagamos los vuelos).

 

Qué hay que hacer para obtener la licencia de piloto o PPL

 

Tal como hemos indicado, en esta introducción al mundo del pilotaje no llegaremos a estar a los mandos de una avioneta, para lo que obviamente se necesita una licencia otorgada por una escuela de aviación.

Cada una de ellas tiene sus exigencias en cuanto a horas teóricas y de vuelo, pero lo estándar es que el plan de estudios vaya de las seis semanas a varios meses.

Tal como ocurre con el examen de conducción, previamente deberemos aprobar un examen teórico (escrito y oral) y posteriormente el práctico. En la parte teórica se nos instruye sobre meteorología, aerodinámica, motores, regulación aérea, etc.

La práctica requiere cumplir horas de vuelo, normalmente 40, que se reparten entre 20-30 horas con instructor y unas diez horas como piloto plenamente al mando.

Tras esta formación, haremos un último vuelo con un instructor designado por la autoridad aérea competente, que será el encargado de certificarnos como pilotos de ultraligeros o exigirnos más horas de vuelo.

 

Empresario del sector inmobiliario, aficionado a la inversión en criptomonedas y fiel seguidor del VRAC. Disfruto y aprendo con cada experiencia y así me gusta que se refleje en el blog de Fernando Vega Hernández